viernes, 25 de abril de 2014

Minero

…busco algo que decir
ese exabrupto del genio
la triquiñuela del arte
la fascinación
como con su tercer ojo en el abismo
el minero que interviene
devela el secreto
Devaneo las entrañas
pero no llevo luz
a gatas por escondrijos
a tientas en el dolor
la nostalgia, la inteligencia
o la ocurrencia
Ya voy rasgándome las vestiduras
rajándome las rodillas
y abriendo las heridas

La costra menoscaba la poesía del dolor

y por un instante recobro
la agudeza de mi hazaña
y la agilidad del montañés
por las colinas del intestino y el cerebro
(dos tipos de sistema digestivo, y otro más el arte…
un poema es una cordillera
serranía las entrañas
y la mente Himalaya)

Me pierdo en la topografía emocional,
abuso del cinismo de la conciencia
de la soberbia del equilibrio
y la empatía que los caracoles me despiertan
que es lo mismo que la manga del muerto

Listo
de pronto la llave del agua se retuerce
los ríos de sinceridad emanan
de un estímulo bonachón
vuelve la soberbia
Quizá las baldosas de mis palabras
llevan a algún lado
quizá me traicionan
y de nuevo la poesía me muestra
que me he traicionado yo mismo
en este mismo momento
(que no es el mismo en el que leo
pero en el mismo en el que me reconozco)

Grabamos nuestra existencia
la reducimos a metáforas
esculturas desfachatadas de la moralidad
estampados de pasajeros dramas plebeyos
la memoria perenne
es un pizarrón garabateado en el salón abandonado


Tal vez sea verdad lo del harem de Apolo
Erato y Calíope y Polimnia han sido acribilladas
yacen al pie destas montañas
cada frase las apuñaló
Cuando las acompañantes han muerto
no se sabe sabio si continuar la saga
la búsqueda quizá no vale el sacrificio
por decir algo
por dejar patente una minucia en la biblioteca de la obstinación humana,
una afición por el sufrimiento
un gusto por la mofa de la simplicidad
galopando a espalda desnuda sobre cristal llagado
insultando la prudencia del silencio
ese que irrumpió el minero de mi necedad
mi desasosiego

No he conseguido más que flagelar
los recursos, los ungüentos de la retórica
la poética del patetismo simplón
rozando la cursi pretensión de maravillar
es sorna de la belleza
Warhol, Marylin o Göethe

Finalmente toco a las puertas de la sensación
del reconocimiento de la percepción
de la certeza que mentira piadosa
es la certeza, estoy seguro de que no veo
seguro estoy y no me muevo
me muevo ante el peligro
peligro ante el estatismo
y me muevo para estarme
quieto

en otro lado.

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