lunes, 13 de septiembre de 2010

Rapsodia de un paquete entregado


Necesito decirte que lo entregué

no sólo lo dejé en la puerta

no

ahí me postré con una sonrisa ridícula

con flores exageradas, regalos insostenibles

y esperanza rebosantes

ahí estuve un momento

me dejaron pasar

pensé entonces que no eran

ridículas las flores

ni exagerados los regalos

ni insostenible la sonrisa

sonreí más

me invitó un café

su aroma a muchos años

también un pastelito

que supo a compromiso

Así abrí el paquete

yo dejaba que goteara mi pecho

mostré su contenido y lo guardó en un cajón

Sé que era un cajón

por el sonido

sonaba apagado

un poco

lejano

latía

potente

como depositado en un cajón

creo que en su cuarto

Estuve ahí largo rato

y me dio un paquete a mi también

Cuánto hubiera querido que en vez de

guardarlo pudiéramos jugar con él

manchar los muebles de la sala

ensangrentar el jardín

y exprimirlo en una bota

con el suyo también

Salí ese día con su caja en mis manos

cerrada,

secreta

como una promesa que me

encandecía

y echaba al agua cualquier dolor

Pero no habría de abrirlo hasta

que él llegase a mí

y revelara

Quizás fue mi impaciencia airosa

quizá nunca lo puso ahí

pero vino un día a entregar otro paquete

Miraba mis manos temerosas

mi frente baja y lisa

mis ojos largos hasta el fondo

donde cuánto más vacío estaba

esa funesta caja

más vacío veía yo

en mí

era un féretro sin cuerpo

un lugar donde echar cualquier cosa

y eso que habíamos compartido

en cualquier cosa se convirtió

En un pasado lindo

como la sonrisa seguida de un adiós

el adiós perenne, la sonrisa no

Entonces así partió

dejando ambas cajas

una vacía, otra cerrada

“un-día-te-cuento”

sellando sus sordas tapas

con cuerdas amarrada

de abrazos y besos deshilachados

aún

la guardo

y creo que no lleva nada adentro

ni pena, ni tristeza, tal vez ni una sonrisa rota y disuelta

Necesito decirte que lo entregué

no tengo recibo

sin poder aseverar

si acaso marque el tiempo

que lleva encerrado

Ahora que te he visto empacar algo

necesito mostrarte que acá

sólo pulsa algo con sangre

y acá guardo miedo

terror

acá un poco de rencor

y otro tanto de celos

un frasco de tristeza sin caducidad

tengo bolsas de envidia

y toda la serie de ira y confusión

Acaso es mi decisión

tal vez el bromista me juega

o qué se yo

Voy recogiendo los pedazos

armando el rompecabezas

hallando el hilo negro

conectado, alineado y en el camino de la aceptación

pero

Ahí están las dos cajetillas

y el cenicero humeante

ahí la noche sola

y psicotrópica

el insomnio

las uñas

los pellejitos

y el grito insipiente siempre amargo alarido del foso hondo que no halla fin

Ahí lo dejé!

carajo

Lo dejé!

Puedo dar poca cosa

al menos no lo que quisiera dar

la charla, la copa, el follón

risas, anécdotas, el consejo,

un hombro y las dos orejas

quizás hasta la vida

pero ese que da la vida

lo dejé abandonado

en su cajón.