domingo, 7 de febrero de 2010

Tras para brisas


Tras para brisas

arribó

mirada que sonríe cuando encuentra

otra alma que la mira

incómodo reencuentro

piel desnuda sin sensación

vacío

esa mirada quiere mirar

otra piel que quiere sentir

un sentimiento seduce la contención

de nuevo se miran

están

y no pasa nada

pero ahí el recuerdo

también las ganas

pasa el tiempo

un mensaje

su repuesta

expectativa e ilusión

de al fin una noche

una noche como las que principian los cuentos

las miradas se narran

la piel sonrojada

la inmensidad y la infinitud los arropan

cuentan su cuento

Dos manos enlazadas

dos cuerpos apaciguados

dos mentes que empiezan a imaginar

Un viaje

de su nuca mariposas coronan su futuro

hermosas se revelan

luminosas se van

sin saber que el presagio no es el color ni la delicadeza

sino la huida

Dos amantes encaminados

conociendo los caminos del otro

revolviendo el uno en el otro

despertando la pulsión del encanto

Uno sin saber el otro

se cierra, se enhiesta

fortalecido quizás en su confusión

suelta la rienda

detiene el convoy

vira fuera del camino

salta al agua

sólo deja sus preguntas

algunos recuerdos

y una vacante irremediable

Dos se vuelven dos

uno renegado, libertino y sentenciado

otro en un vaivén

de lazos transparentes desatados

uno manteniendo el vuelo, el curso, a flote

izando velas, girando timones, jalando frenos

sin reconocer su misma piel desnuda y sorprendida por el frío

Otro cavando hoyos, penetrando grutas, acariciando acantilados

sin reconocer sus pies, sin oír los llamados, dejando vidrios rotos

al paso

¿Cuánto tiempo uno busca al otro?

¿Cuánto tiempo el otro surca la ausencia de uno?

¿Cuánto tiempo dos serán eso?

Vagando irrumpidos sin mapa ni tesoro.

Parabrisas de la adivinación

Llegaría tras un translúcido aparador

una mirada

que se iría.

savinni070110

sábado, 6 de febrero de 2010

Perdóname para C.A.


perdóname

dame la gracia y entiende

mi desazón ansiaba una respuesta que

mi ego sucumbía

bajo su corona destronada

mi seguridad palidecía

mientras tu decisión me consumía

Perdona la sordera inocente e implorante

tu alma pidiendo paz,

no veía

soledad

es acaso mi cálida aceptación de tu invierno

y mi cobijo la ecuánime mirada que en voz baja

colma las almenas

vigía y callado amigo que espera tu victoria.

Dame la gracia

sonríe de vuelta cuando por sobre el hombro

mires este paraje donde hiciste escala

cuando llegaste como la luz que irrumpe en febrero

erigiendo primaveras

derribadas por un soplo veraniego

El otoño se encumbró en la hojarasca de los hombros

la pérdida me urgía desesperadamente que

instara a la conquista

la patrulla de mi anhelo buscando tus pasos

o la simple brisa de la huida, la estela memoriosa.

Perdóname, mantendré silencio

desvaneceré los besos increpantes

liberaré las manos, dejaré que de tu imagen

se resbalen mis penas

doy un paso atrás

hago una pequeña reverencia

difuminándose el retrato obstinado

me despido, te agradezco

en un nuevo febrero, lluvioso, incontenible

he acampado solo bajo las almenas

en una llanura de esperanza extensa

esperando noticia de ti

que otros prados has tocado

y en ellos años tornes, formes, y cultives

la sedentaria ironía de la paz.

miércoles, 3 de febrero de 2010

madero en la tempestad

Y si yo tuviera las alas con las que emigras de mí,

si míos fueran esos aleteos que al piso empanizan

cada que partes en diminutas distancias físicas

en abismos solipsistas de una relación varada

De haber sido yo el que despegara

sin rumbo

habría enfurecido al calce del cielo lejos

si no encontrase nido o percha

Habría, por supuesto, olvidado que no tengo alas

que no vuelo

Me habría lanzado sin más al abismo

al diluvio, a su caída, a la torrente luciendo como islote

fungiendo como madero en la tempestad, mi ilusión

dulce apapacho de la conciencia volátil y desapegada

a las raíces ignora tan sólo la cresta, la copa, la cúspide

acaricia como se hiende ligera la mirada que pasa

y se va.