no le temo a la muerte
la cosa certera
impredeciblemente justa
implacablemente cruel y verdadera
que se lleva la vida también
del asesino
Muerte que la vida da
no la que causa el cuchillo
no la santa escusa del asesino
esa es por codicia, ira, celo, estupidez
o gusto,
el arma se apunta, las manos deciden
la muerte, no la justicia, es vendada
y ataca a rameras y esclavos
a reyes y jueces
niños, ratas y peces
hasta la alimaña perece
y la bacteria y el cosmos
la vida es la excepción
de la regla que acomete
