No creo
pero lo uso
Tengo la sensación
pero sé que no es cierto
Ah pero cuando se necesita
parece que ahí está
y no
Y es que esos de la púrpura
lo hacen ver tan fácil
No creo
pero si que lo uso
Y no me sirve para nada
o para nada me sirve
pero al fin
de algo sirve
Siervo
soy servil
Ser vil
Abraza la renuncia y
renuncia
arrellánate en la curia
y déjalo ser
ser vil servil
atendiendo a la causa
descarrilada
vandalizada y banalizada
No creo
pero lo uso
Y aquél
el último y lo primero
ni fu, ni fa.
No digan que me fui de prisa,
ya no estoy en edad;
no digan que la desdeñé
si estoy entrado en años,
tampoco digan que la perdí
pues no perderé la vida,
no la dejaré en el colectivo
ni olvidada en el guardaropas,
me iré cuando ya no le duela a nadie,
cuando mi muerte solo pueda dolerme a mí.
Mamá: (entrando, no hay nadie más en escena, el lugar está impecable) Orita…espérame tantito, mi vida, déjame llegar; dile a tu hermanita que ya…¿Qué estás haciendo con eso?, déjalo, déjalo, déjalo, que lo dejees,…Qué..espérame, ya te dije que orita…¿Ya le avisaste a tu hermana, dónde está Juan…? ¿¡Cómo que salió?!, pero con un demonio…me lleva la…No preciosos, orita, ¡Déjame ir al baño, caray! Qué dejes eso… ¿Por qué no le has dicho a tu hermanita? Y ¿quién te hizo eso?…¿qué hiciste? Dime… qué…Ay, más te vale que me digas qué te pasó, pero por qué está roto… YA, deja…qué sí, espérame, espérate, sí? Ya, ora... Qué la fregada, pero porqué no están lavados los platos, ¿y qué…? Si no está, entonces los lavas tú o tú o tú…Oh qué dejes eso, con una chingada…Ve a traer a tu hermanita y …QUE! QUÉ? ¿por qué le pegas a tu hermana? Por favor, hija ayúdame con …qué me importa, no te estoy diciendo que laves los platos y que pongas eso ahí…ahí, con una chingada… YA…BASTA TODOS!!! CÁLLENSE, que te calles, no…no, no, no, no, no…Ya viste lo que hiciste, y tú deja de llorar, aguántate, no le pegues a tu hermana ¿Qué te creees,…! Y que me importa que te haya pegado él, defiéndete, no seas marica…Ay no, no, perdóname, precioso, pero es que me sacan de mis …¡ya! Que te calles, no me han dejado ni ir al baño…Tengo que dejar esto…Y tú que te vayas a tu cuarto. ¿Por qué no fuiste con tu hermano antes, ahorita ya cerraron. ¡Ay no, no me digas…y yo qué, es tú tarea…Deja de llorar, sóbate mi hijita. Dile a tu hermana que mañana te tiene que llevar al doctor, yo no puedo. ¿La escuela, ay, como si te importara? Ya irás el jueves, total ni te enseñan nada…¿A dónde se fue Juan? Aquí estás,…saliste a fumar, verdad, pendejo…qué te he dicho qué te he dicho!!!…Tú también te ma vas ya, ya, pero ya te me vas a la cama…y corre la cortina y le dejas espacio a tu hermanita…No me rezongues, con una chingada. Oyeme bien, te vuelves a salir así y te vas de la casa…¡Ah, no te gusta verdad…¡Tú que te calles! ¡Y tú deja de jalarle el pelo! ¡YA! ¿Quieres que tus hermanos cenen, te me vas a la pinche cama, pendejo! Ah no, no…¿NO? A la …se van todos a la cama sin cenar…pero nada, nada, no mijito, no, mi vida…total, ni hay nada para cenar, no hay comida, no, no hay nada, a la cama, órale.
La máscara nos arranca el rostro
desbordándonos en cataratas
de cascadas centellantes,
nuestra fas acaudalada
se desploma
desbocando la gesticulación
que descobija ajenas intimidades
presume, muestra, modela
la angustiosa decrepitud de la humanidad
ociosa, sanguinolenta, boba y sosa…
La máscara decapita el cuerpo
llano escenario que representa una posibilidad.
La máscara atestigua la transformación.
La máscara se encarna magra.
La máscara es la huella de la alegría y el horror.
Un viajero llega a un cruce de caminos viene de la lejanía y se encuentra con un hombre que espera en la encrucijada.
¿A dónde lleva este camino?
¡Uy!, llega hasta hasta allá.
No me diga, ¿y usted ha estado allá?
Bueno de algún modo usté ya ha estado allá, quizá lo está en este momento…
¿Cómo dice?
Pues imagine alguien allá que quiera venir para acá.
Llegaría acá sin duda, luego de una leguas de camino.
Pues sí pero para ese viajero, Allá es acá, ¿no es cierto que usted estando allá, si quisiera llegar a acá tendía que salir de Acá para allá?
Nunca llegaría.
¿Cómo dice?
Pues yo estoy aquí y no allá y si estuviere allá, solo dejaría de estarlo yéndome de ahí.
Por eso mismo. Si usted estuviera allá, tendría que decirle al capitán de su nave “lléveme allá”
Pues me tomarían por loco pues claramente ya estaría yo allá.
No llegará usted lejos.
Hacer la cama
le decimos así
al tender la cama,
y me parece un himno a la entropía
homenaje
al tiempo perdido;
siendo rigurosos
en la conservación
del desperdicio,
solo para volver
desgastados,
transformados por el anverso
y no el verso
que se tiende en las páginas del lecho,
fingiendo todo el tiempo
que no ha pasado,
vertimos en la indigencia
la apatía por deshacer la cama
como la arrogancia de deshacer el tiempo
cuando las sábanas se enredan en los sueños
y los cobertores cobijan
la vida que inevitablemente quedará tendida
como la cama
sin volverse a hacer.
