Quisiera sentir esos visos de vicio que entumencen y exaltan
esas noches extremas de pecados que vejan el alma,
las desveladas mañanas desaliñadas bañadas de ansias
Quisiera sentir como una banda de mariposas corroe mi entraña
sentir que la vida se desmorona y quebranta
sin parir chayotes, partirme el lomo o romperme la cabeza
Quisiera sentir el pasmo ante las desquiciadas tretas del abismo y
profanar las exequias de la pasión disipada
las soterradas brechas entre el goce y el cese
las encerradas prisiones que enjaulan el espíritu indomable.
Quisiera sentir la precipitación angustiosa que arrebata la tranquilidad
esa furiosa marejada de excitación fervorosa que azota al más fuerte.
No hablo de ese sentimiento precario que enaltece y esculpe a garrote y espada
sino del frenesí que desborda, abarca y profundiza lujurioso se encarna.