Podría hablar de mares y nostalgias
de recorridos y distancias
Podría hablar de horas sin memoria
cuando los corazones desmoronan
y las miradas largas desentonan
Podría escribir como Neruda
dejar claro que necesito ayuda
no para escribir, hacer metáforas o rimar,
el coqueto velo apolíneo que pretende timar,
no para descubrir la llana belleza
ni para plasmar la atónita proeza
que en figuras y cabriolas
mi angustia y mi tristeza
ha volcado en mil poemas,
no.
Necesito simplemente
:
pasar
en el pecho siento dos espirales que ruedan uno tras el otro
de pronto siento un golpe, una punción en el esternón
y se me hincha la garganta
hasta la mandíbula ovula bilis
pero es un golpe bajo
un tremendo e inesperado gancho al hígado
no, no al hígado sino por debajo de la boca del estómago
las costillas protegen al coloso que habita el tórax
sólo partiendo el abdomen alcanza la mano a extraer el corazón
escindido
Y sí, podría seguir rimando y dejar al lector
regodeándose en el sonsonete
sin embargo, yo
tengo necesidad
de frotar lo inmóvil, lo impávido y párvulo
sacudir la enhiesta cresta helada
soslayar la vía fácil al olvido,
no podría
en verdad os digo
pues he perdido una parte mía
y enojado estoy
muy
enojado
las lágrimas, ahora entiendo
cuán elocuente el llanto es,
vendan la yaga que ara la rabia
y en ello mi consuelo la memoria,
la visión clara de
saber la conjugación de los verbos
coexistiendo en fe y esperanza
ahí la ira no agrede, se vuelve coraje
aúlla y amansa
y la rabia que me apaña es
como lo que siente un perro cuando se alcanza la cola
La realidad, sin embargo no es cruda,
se sirve aderezada y adornada subrayada
tanto
que nos intoxica