domingo, 18 de noviembre de 2012

y una buena mañana


Un encabezado degüella
el amanecer gélido
la irrupción del sueño en la incertidumbre
terrible para los sueños
en ellos hay certeza
trampolín de fechorías
desdenes
y un avatar del perpetrador
fingiendo el duelo del hacha
y la parsimonia del hachazo
el café es tan frío
los bocados se amalgaman
en la saciedad y el asombro incesante
la navaja ha ido ejecutando su mórbido fin en mí
hace milenios
cuando la muerte no se anunciaba
Mientras exprimo espinillas como quien
limpia la plata fina
Sanz lamenta su corazón partio
otro encabezado descabezado
retumba en la imbecilidad del recuerdo
una mañana, una buena mañana
presenció el último tirón de una danza de cojos
No había periódico que diera noticia de este
asesinato
No podría reportar mi propia muerte