martes, 20 de octubre de 2015

Diálogo entre la Vida & la Muerte y la Soledad. (Poema teatral o drama poético)



En lo alto de una rampa, la Muerte sentada mirando aburrida hacia abajo.  Ahí abajo, la Vida dormida. Después de un momento, detrás de Vida se ve un resplandor y ella va despertando.

Vida: ¿A dónde te has ido? ¿Dónde estás?
¿Por qué cada vez que despierto, te vas?
Muerte: Has de esperar a la noche como siempre.
Vida: ¿Dónde estás?
Muerte: ¿Para qué miras para abajo?
Vida: Es que has de esconderte y dejarme sola…¿De dónde hemos venido?
Muerte: ¿Cuál nuestro destino? Mira acá arriba antes de que el sol te ciegue.
Vida: Ahí estás. Muy lejos. No veo tu rostro.
Muerte: Acércate.
Vida: ¿Qué haré?
Muerte: Sube. Escala. Asciende.
Vida: ¿Para verte?
Muerte: Para estar conmigo.
Vida: ¿Quién eres?
Muerte: Quien deja de ser.
Vida: ¿Yo entonces?
Muerte: Sí
Vida: Esto es vida…
Muerte: ¿Lo dudas?
Vida: Tú me conoces.
Muerte: Sí.
Vida: ¿Dejas de ser?
Muerte: No lo recuerdo. Acércate, así me dejarás ver la luz de nuevo. Sube. Escala. Asciende.
Vida: ¿Para verte?
Muerte: Para estar conmigo.
Vida: ¿Y qué pasará entonces?
Muerte: Nos haremos compañía.
Vida titubea. Ve a su alrededor y no ve nada. Se encoge de hombros y sube. Pero se resbala. Intenta de nuevo. Nada. Toma impulso. Se golpea y resbala.
Vida: Inútil.
Muerte: Quizás.
Vida: ¿Por qué no bajas tú?
La luz que resplandecía pálida y biliosa se ha ido intensificando hasta que es intensa y casi corona a la Muerte.
Muerte: Yo ya conquisté la cima. La cumbre es mía.
Vida: ¿Y por qué debo subir?
Muerte: Puedes.
Vida: Ya viste que no. ¿Qué hay allá arriba?
Muerte: Lo mismo que allá abajo.
Vida: Aquí estoy yo.
Y la luz se extingue súbitamente.
Momentos después, una luz biliosa y pálida ilumina el escenario; ahora Muerte está abajo y arriba la Vida. Vida va despertando. Muerte espera abajo dando la espalda a la rampa.
Vida: ¿A dónde te has ido? ¿Dónde estás?
¿Por qué cada vez que despierto, te vas?
Muerte: (no escucha) ¿A dónde te has ido? [Se levanta mira hacia la cumbre y no ve a la Vida]. ¿Qué hice para alejarte? ¿Por qué has desaparecido? (busca)
Vida: ¿Qué dices? Pero si aquí estoy. Estoy llena de energías, podría bajar hasta allá y tomarte de la mano y… ¡Sí!
Se decide y comienza su descenso. Pero resbala y cae. Golpea fuertemente a la Muerte.
Muerte: ¡Ay de mí, por qué deseo la vida si sola muere!
Vida: Déjame ver tu cara si acaso así te conozco.
Muerte: (que no la escucha) Se duerme. (Vida duerme en sus brazos. Mira hacia lo alto.) ¿Qué habrá arriba?
Sube.
Muerte: El mismo solar de siempre. Abandonado por la vida cada que en mi intento vano me apresento.
La luz sigue su camino hacia lo más alto del fondo del escenario, dejando en penumbra a la Muerte. Se encoje de hombros al ver esto. Y se sienta mirando de nuevo a la Vida que duerme en lo bajo.
Oscuro.
Después de unos momentos detrás de Vida se ilumina la luz pálida y biliosa de siempre, una que parece amanecer tras una cortina difusa de niebla fría, la luz que guía tal vez, los abundantes estremecimientos de la vida…o serán de la muerte…
Vida despierta.
Vida: (bostezando) Soñé con este momento.
Muerte: En el que nacías…
Vida: En el que al fin te conocía.
Muerte: Imposible.
Vida: ¿No lo soñé?
Muerte: ¿No lo recuerdas?
Vida: ¿Muerte?
Muerte: Dime.
Vida: ¿Cómo eres?
Muerte: Ya lo verás.
Vida: ¿Pronto?
Muerte: No comas ansias. Acércate.
Vida: ¿Qué hay allá arriba?
Muerte: Estoy yo.
Vida: ¿Te sientes sola?
Muerte: No siento nada.
Vida: Yo siento todo.
Muerte: Acércate, pues. Acá no se siente nada.
Vida: Voy.
Intenta subir. pero ahora antes de resbalar logra arrancar un pedazo de la rampa que produce un peldaño, sube y repite la operación una y otra vez hasta que deja tras de ella una escalera.
Muerte: Has llegado.
Vida: Estoy muerta. (cae rendida)
Muerte: Una vez más. [Le acaricia el cabello]. Puedo dejarte descansar. [Luego de considerarlo.] Será más fácil para ti llegar abajo.
Baja.
La luz que se intensificó otra vez ahora se apaga.
En la oscuridad una voz se escucha.
Muerte: ¿Qué dices?
Soledad: No esperes.
Muerte: ¿Quién eres?
Soledad: Soy lo que no es.
Muerte: ¿Cómo puede ser?
Soledad: No como tú que dejas de ser, lo que no es
Muerte: La Nada
Soledad: No
Muerte: El Vacío
Soledad: Ninguno de ellos podría hablarte; soy finalmente… soledad.
Muerte: Pero no te veo.
Soledad: Pienso, de hecho es casi lo único que hago cuando no me estremezco como los abundantes tremores de la ansiedad antes de nacer y luego de verte a ti Muerte, (al fin),…pienso que no me ves porque dejaría de ser lo que soy si me vieras. Pero yo siempre estoy contigo.  Esa otra, en cambio, me rechaza siempre.
Muerte: Ha escrito loas, elegías…
Soledad: También sentencias. En fin. Solo así cuando te conoce, lo hace para practicar su arte del olvido …
Muerte: Dirás su mal.
Soledad: Enfermedad, demencia, bendición o herramienta, no importa, finalmente no recuerda. ¡y mira que lo intenta!
Muerte: Si sabes que esa es su carga entonces por qué la acongojas.
Soledad: Todo va a ti, se aleja de mí y te busca a ti. Llegar a ti, pero tú eres eso que deja de ser.
Muerte: Dejar, soltar, cesar, acabar, terminar, finalizar, negar: morir
Soledad: Todas son acciones, cosas que ella hace para llegar a ti.
La luz detrás de vida comienza a brillar, Vida despierta.
Vida: ¿A dónde te has ido? ¿Dónde estás?
¿Por qué cada vez que despierto, te vas?
Muerte: (a la Soledad que no responde) Siempre igual.
Vida: ¿A dónde te has ido? ¿Dónde estás?
¿Por qué cada vez que despierto, te vas?
Muerte: Has de esperar la noche como siempre.
Vida: ¿Dónde estás?
Muerte: Miras para abajo.
Vida: Es que has de esconderte y dejarme sola… ¿De dónde hemos venido?
Muerte: De la soledad que me acompaña cuando tu me dejas.
Vida: ¿Yo te dejo?
Muerte: Me abandonas, me usas, me exterminas con tu curiosidad, con mi deseo
Vida: Te complaces en seducirme. Me engañas, me adormeces, me envidias, me examinas
Muerte: ¡Me matas, con cada inocencia, con cada súplica, con cada reacia ratificación fratricida y retraída de la rebeldía! Todo viene a mí.
Vida: Nadie te quiere.
Muerte: Todo me siente.
Vida: ¿Qué sientes?
Muerte: Nada.
Vida: Estoy cansada.
Muerte: Bajo el influjo de mi hermana menor.
Vida: ¡Gemela del hastío y cortesana del aburrimiento! Sí, ¿y qué? Su madrota la pereza y su tía la lujuria me acometen con quehaceres y fatigas, con banderolas de lila y rosas como encajes en el ridículo de tus pompas. ¿Por qué te adoran? ¿Por qué te erigen como cautivadora reina si eres la fuente del dolor, de la ausencia…!
Muerte: Sólo puedo componer corridos que hablen de arribos, de llegadas. Todas son alegres, todas reuniones, encuentros, convivios. Y tú las pintas como groseras concupiscencias de pedestales anónimos y escitias lejanas que predominan en la indolencia y la desfachatada experiencia.
Vida: Entiendo, nada.
Muerte: Acércate. Acá no hay nada que entender.
Vida: Para qué voy, entonces.
Muerte: ¿No quieres acompañarme? ¿Quieres estar sola? Yo la conozco.
Vida: Ya habrá tiempo cuando esté sola.
Muerte: Cree que todos la conocen.
Vida: ¿Tú?
Muerte: Sí.
Vida: Yo no quiero conocerla, por eso voy a verte. Por eso daría todo por conocerte.
Muerte: Entonces ven, pero hazlo antes de que el sol te ciegue, entonces solo la escucharás a ella, y yo….
Vida: ¿Y tú?
Muerte: Yo soy quien deja de ser. ¿Hay alguien más contigo?
Vida: Tú.
Muerte: Sólo soy la lejanía.
Vida: Entonces vete.
Muerte: Ven, acércate, escala, haz algo con tu vida.
Vida: Dejaré que te vayas.
Muerte: No me puedo ir.
Vida: ¿Por qué no?
Muerte: Por que estás tú aquí, porque cada vez que me he dado por vencida, despiertas de nuevo.
Vida: Me intrigas. Siempre ahí.
Muerte: A veces no.
Vida: Yo siempre te veo ahí.
Muerte: Ven.
Vida duda un momento.
Muerte:  Anda, ya no es tan difícil como antes.
Vida sube un escalón.
Vida: Alguien ha estado aquí.
Muerte: Siempre.
La luz se va extinguiendo
Muerte: Anda, apura antes de que no veas nada.
Vida: Desde aquí se ve todo más claro.
Muerte: Aquí arriba se ve mejor aún, anda, sube.
Vida: Pero
Muerte: Queda poco tiempo.
Vida: ¿Cómo lo sabes?
Muerte: No lo sé, es poco el tiempo.
Vida: ¿No es infinito?
Muerte: Mientras existas.
Vida: Ven tú, mira las cosas desde aquí.
Muerte: No tenemos tiempo, se acerca el fin.
Vida: ¿Tú tienes fin?
Muerte: No has entendido nada.
Vida: Siempre estás ahí.
Muerte: Cuando tú estás ahí…¿Quieres ver como se ven las cosas desde aquí?
Vida: Claro, y te quiero ver de cerca.
Muerte: Sube entonces, ya no estás lejos.
Vida: La luz…
Muerte: Sigue mi voz.
(la luz va desapareciendo)
Vida: ¿Dónde?
Muerte: Solo unos peldaños más.
Oscuro
Muerte: Sigue, por favor… Vida, ¿vida? ¿No ves que no soy nada sin ti?
Soledad: Tantas cosas que viven por la muerte de otras.
Penumbra. La soledad es una sombra. No se ven rastros de Vida
Muerte: [después de una pausa] ¿Este es el fin?
Soledad: Cuando se extinga la última luz, no seremos más.
Muerte: Muere la muerte en compañía de la soledad.
La Muerte se arroja  por las escaleras y la última luz se extingue.

Fin.