Pero también es como un mendigo
que se cansa de estirar la mano hincado
y un mendigo que se cansa
estira la mano y cuando ya no puede más
se alarga y cae
lame con la mano la arena que se va
y como quien no se cansa se cansa de estar cansado
vuelve a enconcharse desde el hombro
Convexa espina que se tuerce y se yergue
y vuelve a extender
de nuevo la súplica
como ola
pues es el mar el que se humilla
con rabia y devoción
se postra así
como mendigo
…ese que llevo dentro
lo he descubierto
en estas manos de pensamiento
en este vacío horizonte negro
y su lástima
que está en mis adentros
todos ellos
los océanos enteros
(Villaurrutia lo sabía)
pues por qué no decirlo
mendigo mar
de tus playas tus recuerdos
no quiero
que no han sucedido más que en el recuerdo como suplicas al tiempo
Que te imagino en la espuma del tiempo
y en la costa de mis dedos que se angustian
que mendigan siquiera tener recuerdos
que quisieran haber nadado en tu marea
adentro.
Maruata, Mich. 2010