has virado de la nada
ésta te ha sido otorgada
de ahí se atisba todo
la garganta extática
la cueva vacía
los ojos cerrados
y la percepción adusta
Aún resuena la indolencia e impertinente
la sombra antigua y somnolienta
inventando eternos de cascajo cuerpo
divulga su insistencia
y permea su cáustica
revolución.
Pero el silencio es visir de este incendio
y la traición es una migaja , el miedo un retruécano perdido
y el desapego el desarraigo incoloro
Entonces eres otro.
¿De dónde asirte,
sobre qué anclarse
¿anclarse?
La acostumbrada base se
disuelve en la inocua solución del “no me afecta”
Cuán deleznable el recuerdo
cuán vago el sentimiento
aunque persiste la memoria
cuán volátil la permanencia.
Recobra su soledad el corazón
recobra su astucia la mente
recobra su vigor el cuerpo
su amargura el abandono
y su dulzura la esperanza
En esa oscuridad devastada,
en ese rincón luminoso que se expande
la tristeza está de luto
y la alegría jubilosa pide a gritos su razón
Qué pobre el día en que se ve todo
qué poco emocionante saberlo todo
qué travesura cósmica nos determina
qué demencia intacta nos sublima
Entiendes que no eres lo que eras
que serás efecto de tu causa
y causa de la acción que no culminas
Serás la culminación de tu pasado
si el pasado no se zurce aquí y ahora
serás la puntada incólume
cortando la hilacha confundida
y el tejido de tu destino ineludible
será la seda de los santos.
Caída sin alas, sin ancla, sin caída
¿Sabré construir un jardín y no una torre?
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