sábado, 6 de febrero de 2010

Perdóname para C.A.


perdóname

dame la gracia y entiende

mi desazón ansiaba una respuesta que

mi ego sucumbía

bajo su corona destronada

mi seguridad palidecía

mientras tu decisión me consumía

Perdona la sordera inocente e implorante

tu alma pidiendo paz,

no veía

soledad

es acaso mi cálida aceptación de tu invierno

y mi cobijo la ecuánime mirada que en voz baja

colma las almenas

vigía y callado amigo que espera tu victoria.

Dame la gracia

sonríe de vuelta cuando por sobre el hombro

mires este paraje donde hiciste escala

cuando llegaste como la luz que irrumpe en febrero

erigiendo primaveras

derribadas por un soplo veraniego

El otoño se encumbró en la hojarasca de los hombros

la pérdida me urgía desesperadamente que

instara a la conquista

la patrulla de mi anhelo buscando tus pasos

o la simple brisa de la huida, la estela memoriosa.

Perdóname, mantendré silencio

desvaneceré los besos increpantes

liberaré las manos, dejaré que de tu imagen

se resbalen mis penas

doy un paso atrás

hago una pequeña reverencia

difuminándose el retrato obstinado

me despido, te agradezco

en un nuevo febrero, lluvioso, incontenible

he acampado solo bajo las almenas

en una llanura de esperanza extensa

esperando noticia de ti

que otros prados has tocado

y en ellos años tornes, formes, y cultives

la sedentaria ironía de la paz.

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