sábado, 22 de agosto de 2009

Árbol temperamento

Será posible

dejaré remover las hojas

las ramas envolverse y

desaparecer el movimiento si ya no sopla

Seré pusilánime y dócil

seré puntualmente insensato

sin ahuyentar hojas

sin elucubrar ramificaciones

sin detenerme a meditar

si lo que siento es mi lento  crecimiento

o la ráfaga inadvertida del viento

No tendré miedo de saber

que no soy yo el  que se mueve

ni que cualquier brisa es tu sonrisa

seré agudo y sereno

árbol temperamento

inusitado y fresco

seguiré dando la sombra que me exige el sol

y haré el oxigeno imperturbable de la paciencia

seguir habitando en mí luciérnagas y grillos

cobijar aún las inquietudes de los gorriones

fungiendo como vía de las hormigas constantes

Todo aún puede suceder en mí

permaneciendo en la continuidad

y perseverando en la inocente certeza de estar aquí

aún sin viento

o con él

con la marejada de alegría que siente mi follaje

siempre que anida la párvula inocua

que no sabe que me amansa

que no percibe que mi gozo es terrenal

tal elevado como la copa

tan firme como el tronco enhiesto

y flexible como los brazos ondulantes

que acarician tu voz.

Quisiera, sí, tener voz propia

pero sólo los murmullos de mi deseo

se articulan y escapan

cuando tu lluvia sábila recorre mi corteza

Quisiera, sí, percibir mi propio movimiento

pero sólo los temblores de mi anhelo

se remueven y andan

cuando tu tormenta abraza mis raíces.

Quisiera también, saber

que si me tumban

mis restos serán esparcidos por tu alcance

y que en ti viven mis partículas

que la barca que se inmersa

viaja altiva con tu fuerza

y es mi cuerpo que da a flote.

¿Sólo entonces gozaré del movimiento libre de tu estancia que se escapa?

Sólo hecho bote, astilla o ceniza recorreré los mundos que acaricias,

tendré el movimiento que la tierra intuye

¿Porqué no darle alas a los árboles?

¿Porqué condenarlo a guarecer al viajero

y no permitirle acompañarle más que en estaciones?

Será posible

que lleves mi semilla

renovarme audaz e instantáneo 

en cada parada del camino

sentir la ventisca de tu espalda en mi tronco

y el remolino que de tu cabeza trepar entre las ramas

liberando esta ansiedad por ser móvil motriz sin miramientos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario