sábado, 10 de diciembre de 2016

el absoluto amor de la nada

El absoluto acaba en lo absoluto
nunca termina absuelve la condición
limita los lindes de la nada y lo colosal
y ahí acaba
en la falta y el desvío
en la astucia fúnebre de la vida
y la estoica fruición
¡Fruición, fruición! La envidia revestida,
el ego jugando al destino.
El sol también morirá
pero es nuestra farsa tan breve
que el amor nos parece absoluto
Pero padece y retoza en relación con todo
Habría que ver si es verdad
que la condición sea devenir de la incondicionalidad
(palabra abominable, supuesto inmediato
bocanada insípida y dura)
Habría que ver si es cierto
que la certidumbre es inexacta
cuando la verdad es espuria
y la mentira, serena, se pinta las uñas
El absoluto es un rebelde del azar
el amor cómplice de la vida, camarada de la muerte
Yo es la voz de un límite que
quiere verificar su existencia,
una voz que no escucha que Yo
quiero verificar mi existencia,
un sol que en su corta y casi imperceptible eternidad
se regocija en la inconformidad
y la perversidad de lo indeleble
la debilidad de la creación
el sustento de la relación que excluye huye y rumea
en la sutilísima evanescencia de la materia irracional.



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