jueves, 30 de octubre de 2014

Fanáticos del miedo

El delincuente se confiesa…
la merma, el despojo
y la muerte se asoman
buscan la risa del desenfado
de la inclemente inconciencia
del olvido miedoso
y renuente a la justicia plena.

El universo no juzga
la energía no inventa
el amor no existe
y el odio es la sombra debajo de las hojas.

Solos, desamparados, vacíos
hemos erigido la moral como alma de la vida
discernimos y asociamos
lloramos y comemos
todo nos duele, porque todo lastimamos.

Queremos venganza, y la pálida excusa del bien
Queremos Estado e izamos a monarcas saltimbanquis
deseosos de invectivas del poder
para poder sentir deseos de grandeza
y caer brutalmente sobre los cadáveres de nuestros abuelos.

Blandimos la bandera de la paz atada a un sable
y apreciamos el desfile pusilánime
de las alegrías comerciales
la pasarela de los valores tenebrosos
que apilan desahucios y conformidades.

El arrepentimiento, la confesión
el perdón, la transigencia
salpican una y otra mejilla de excremento
y lamemos pasivos y aburridos
el bolo, hijo de la mentira que ahogó nuestros cimientos.

“Ya vendrá a juzgar vivos y muertos?”
El apocalipsis lo dosificamos en episodios
reinventamos el fin con parsimoniosa crueldad
y huimos de la vida, fanáticos del miedo.


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