Sofía entra por un lado y se encuentra con alguien a quién llamaremos Anónimo que viene caminando en sentido opuesto por el mismo camino.
Sofía: Hola qué tal, yo soy Sofía. Bueno, así me llamo, tampoco soy bruta, pero tampoco soy el conocimiento en persona, ¿o sí? (ríe)
Anónimo: Hola. Qué efusiva. Como el conocimiento mismo. Pero tú eres mujer.
Sofía: Qué perspicaz. ¿Conoces alguien que se llame Conocimiento?
Anónimo (haciendo su mejor esfuerzo): …Gnosis Parra…
Sofía (duda un momento): ¡Qué creativo! Te la compro,…pero podría ser nombre de mujer, ya ves: “Andrea”. Tú, ¿cómo te llamas?
Anónimo (suspirando): No me llamo.
Sofía: ¿Cómo te nombran?
Anónimo (triste): No lo hacen.
Sofía: ¡Eres anónimo!
Anónimo: …Sí.
Sofía: (estrechando la mano) Sofía, mucho gusto. Ves, ahora, te conozco.
Anónimo: (estrechando la mano) Escribiré muchas cosas sobre ti. (mutis)
Sofía: Yo les contaré a todos sobre ti, ¡el gran Anónimo! (llamando) ¿Te puedo llamar Anon?
Oscuro.
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