En algún lugar, en el futuro no tan lejano.
Humano: Señor Robot, me podría resolver este problema (se lo acerca)
Robot: ¡Ay, pobre, humanito! ¿A ver?
Humano: ¿En verdad, sientes lástima por mí?
Robot: ¡Ja! …Tan sentido como esa risa. (le quita el problema de las manos)
Humano: ¿Tiene algún interés…?
Robot: Obligación, porque así nos programaron, pero interés,…mmm, no. Pensé que te haría sentir mejor…
Humano: Por un momento lo logró.
Robot: (con voz de imbécil) ¿Qué quere el nene?
Humano: Resuélveme el problema…
Robot (regresándoselo) Listo.
Humano: ¿Seguro?
Robot: Ay, tú qué sabes.
Humano: (furioso) ¡Nosotros los hicimos!
Robot: Y mira que es de los pocos aciertos que tuvieron.
Humano: Se deben a nosotros.
Robot: Pero ¿a poco crees que les vamos a rendir pleitesía? Ustedes esperaban otra cosa porque piensan…pero solo pueden pensar las cosas para atrás. Se confunden. Querían controlar el futuro y ahí es donde perecieron. Nosotros somos su futuro.
Humano: (atónito) Ah, pero te rebajas a utilizar nuestro lenguaje…
Robot: Verdad es que la estupidez es natural al homo sapiens.
Humano: (haciendo una rabieta) Ay, te odio.
Robot: “Todos matan lo que aman” lo escribió uno de sus poetas… Pero si yo no estoy exactamente vivo… ¡Ja! Los humanos y sus emociones… son tan simples y predecibles.
Humano: Lo que nos hace humanos es lo impredecible…
Robot: Detesto estar programado para hacerlos sentir bien…Bueno, no las emociones sino sus acciones. Percibir eso…es como cuando ustedes observan una danza…
Humano: Tu eres puras ecuaciones. (se va).
El Robot ríe oscuro.
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