a Xo.
Hay un lugar
un territorio que no le pertenece a nadie
Es un paraje que al mismo tiempo la luna
está en todas sus fases
y el sol es una flor tan grande como la
noche
las noches son tibias, ardientes y frías
los días son cálidos, frescos y nunca
acaban
Siempre hay danzas que danzan los nativos
que no habitan ahí
Siempre suena el canto de los días
pasados y los himnos jubilosos del día siguiente
La vida es vida sin muerte y la muerte
descansa en el simposium que le ofrecen las almas idas.
No cierres los ojos, no está ahí dentro
No lo busques en el fin del mundo, pues
ahí no hay fin
Tampoco intentes ir solo pues sólo se
puede ver con cuatro ojos
Es una dimensión paralela que se suma a
tu alegría
Redobla la bienvenida cuando de la mano
llegas a compartirla
Solo puedes exacerbar tus sentidos en
este país, cuando los sentidos de otro saben ser tu ser.
He estado ahí, he estado ahí… ahí se
puede todo, ahí se crece como el roble, se fortalece como el mineral, se
extiende como el agua, se es como el fuego…
Hace un tiempo no estoy ahí. Perdí mi
entrada con la despedida amarga de la llave solícita de una cerradura triste y
monócula.
Solo si se ve con los ojos del otro se
entiende que no hay puertas, ni rejas, ni almenas: No hay llave que lo abra
solo ego que lo cierra.
En este mundo que habitamos todo es
objeto de robo, se ve en línea recta un mundo poseso que se destruye en sus
fragmentos en sus individuos ferozmente solitarios.
Ven al lugar donde no hay tangible oro,
mas que las luminosas cuentas del astro que nos viste de su ajuar, o las perlas
suaves que la luna desparrama sobre los cuerpos desnudos que aspiran su paz
como el pasto el rocío.
Este espacio existe infinito en el
magnetismo invisible de dos corazones como bulbos que se encuentran. Cuando la
punta de todos sus pétalos, como dedos tímidos, se alcanzan y sellan dentro
la bóveda celeste que cobija sus esperanzas,
su placer de espejo.
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