no sólo lo dejé en la puerta
no
ahí me postré con una sonrisa ridícula
con flores exageradas, regalos insostenibles
y esperanza rebosantes
ahí estuve un momento
me dejaron pasar
pensé entonces que no eran
ridículas las flores
ni exagerados los regalos
ni insostenible la sonrisa
sonreí más
me invitó un café
su aroma a muchos años
también un pastelito
que supo a compromiso
Así abrí el paquete
yo dejaba que goteara mi pecho
mostré su contenido y lo guardó en un cajón
Sé que era un cajón
por el sonido
sonaba apagado
un poco
lejano
latía
potente
como depositado en un cajón
creo que en su cuarto
Estuve ahí largo rato
y me dio un paquete a mi también
Cuánto hubiera querido que en vez de
guardarlo pudiéramos jugar con él
manchar los muebles de la sala
ensangrentar el jardín
y exprimirlo en una bota
con el suyo también
Salí ese día con su caja en mis manos
cerrada,
secreta
como una promesa que me
encandecía
y echaba al agua cualquier dolor
Pero no habría de abrirlo hasta
que él llegase a mí
y revelara
Quizás fue mi impaciencia airosa
quizá nunca lo puso ahí
pero vino un día a entregar otro paquete
Miraba mis manos temerosas
mi frente baja y lisa
mis ojos largos hasta el fondo
donde cuánto más vacío estaba
esa funesta caja
más vacío veía yo
en mí
era un féretro sin cuerpo
un lugar donde echar cualquier cosa
y eso que habíamos compartido
en cualquier cosa se convirtió
En un pasado lindo
como la sonrisa seguida de un adiós
el adiós perenne, la sonrisa no
Entonces así partió
dejando ambas cajas
una vacía, otra cerrada
“un-día-te-cuento”
sellando sus sordas tapas
con cuerdas amarrada
de abrazos y besos deshilachados
aún
la guardo
y creo que no lleva nada adentro
ni pena, ni tristeza, tal vez ni una sonrisa rota y disuelta
Necesito decirte que lo entregué
no tengo recibo
sin poder aseverar
si acaso marque el tiempo
que lleva encerrado
Ahora que te he visto empacar algo
necesito mostrarte que acá
sólo pulsa algo con sangre
y acá guardo miedo
terror
acá un poco de rencor
y otro tanto de celos
un frasco de tristeza sin caducidad
tengo bolsas de envidia
y toda la serie de ira y confusión
Acaso es mi decisión
tal vez el bromista me juega
o qué se yo
Voy recogiendo los pedazos
armando el rompecabezas
hallando el hilo negro
conectado, alineado y en el camino de la aceptación
pero
Ahí están las dos cajetillas
y el cenicero humeante
ahí la noche sola
y psicotrópica
el insomnio
las uñas
los pellejitos
y el grito insipiente siempre amargo alarido del foso hondo que no halla fin
Ahí lo dejé!
carajo
Lo dejé!
Puedo dar poca cosa
al menos no lo que quisiera dar
la charla, la copa, el follón
risas, anécdotas, el consejo,
un hombro y las dos orejas
quizás hasta la vida
pero ese que da la vida
lo dejé abandonado
en su cajón.
Me gusta como escribes bro.
ResponderEliminarexcelente poema
ResponderEliminarsobre todo la parte que dice
pero ese que da la vida
lo dejé abandonado
en su cajón.......
te felicito